Cuando armo un playlist, me tomo la labor bien en serio. Selecciono todo de forma meticulosa, veo como termina una canción y como comienza la siguiente para que sea algo más o menos continuo. Paso horas buscando una imagen que me parezca que le va bien y averiguo la fuente. Escucho cada canción hasta dar con el nombre correcto.
Si a alguien más le gusta se siente bien, pero en general busco que me guste mucho a mí, que sea algo que yo disfrute demasiado. Es como tender la cama antes de dormir. No sé si la analogía tiene sentido, mi cama siempre está revuelta; pero creo que si la acomodara antes de acostarme, sería un sentimiento similar.
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